TRÁNSITO Y ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

El Hospital del Santo Cristo de los Dolores de Sevilla, conocido vulgarmente como del Pozo Santo por estar enclavado en la plazuela de este nombre, en la collación de San Andrés, fue fundado en 1666 por las Beatas terciarias Marta de Jesús Carrillo y Beatriz Jerónima de la Concepción. Su piadoso Instituto, mantenido casi inalterable hasta nuestros días, consistió en socorrer a pobre mujeres desamparadas, impedidas o incurables, asistiéndolas en su enfermedad y ayudándolas a bien morir. 

A medidas del siglo XVIII, durante el gobierno de la Madre Mayor Josefa Alejandra de la Presentación, se incorporó al Hospital del Pozo Santo la devoción a la Virgen del Tránsito, "en que se representa aquel terníssimo passo en que dexando la Señora esta mortal y caduca vida, passó reclinada en los brasos de su Santíssimo Hijo en cuerpo y alma a gozar de las eternidades de la Gloria".

El testimonio del Padre D. José Ávalos y Urrieta, Capellán Mayor que fue del Hospital del Pozo Santo entre 1739 y 1778, narra como la Madre Josefa Alejandra de la Presentacion, "pues deseaba con grandes ansias tener una Ymagen que representasse el tránsito de esta Amabilíssima Madre, no lo podía poner en práctica por la falta de medios que tenía, pues según ideaba avía de contar mucho el hacerla; no obstante todos los años mandaba decir una Missa a esta Señora en reverencia de su gloriossísimo tránsito y aún se observó que la víspera de la Assumpción de Nuestra Señora que es el día en que se celebra este tránsito felicísimo venían muchos sacerdotes a decir Missas a la Virgen, como annunciando los cultos y fiestas que en el tiempo pretiene la Santissima Virgen". 

Continuando con el relato del Padre Ávalos, este dice que aprovechando que en 1754 en la Iglesia del Pozo Santo se había erigido un nuevo retablo, "un primoroso retablo nuevo" presidido por una pintura de gran formato de San Nicolás de Bari -en el lado de la Epistola-, parecía conveniente que el de enfrente, dedicado al milagro de la Porciúncula, contara una Imagen escultórica de la Virgen del Tránsito. De este modo la Madre Josefa Alejandra, "salio a buscar sujeto de toda su confianza que le procurase el que se hiciese rostro y manos de la Virgen para después vestirla". El donante fue Juan López, quien dijo que "no sabía porque su Madre, que tenía ya noventa años de edad, quando se casó la avía hallado en casa de sus Padres sin saber su origen en que se puede decir que Dios avía reservado esta Santa Ymagen para beneficio de este Hospital".

De inmediato, la Madre Josefa Alejandra de la Presentación determinó que se le construyese una urna, "la que se hizo de talla muy primorosa y de cristales". La piedad de Rafaela Fernández Bazán, que era la esposa del Asistente de la ciudad, Fernando de Valdés y Quirós, costeó el dorado de la urna. 

Termina la crónica del Padre Ávalos diciendo que debido a la escasez de limosnas, el primer culto que se pudo tributar a la Imagen en 1755 fue una Misa cantada todos los días de la octava de la Asunción. Ya en 1756 se celebró "un novenario de Fiestas a la Señora con missas, sermones y Su Magestad Manifiesto todos los días de la Novena, y con gran concurso del Pueblo que venían a visitar a la Virgen; aumentóse toda esta alegría con aver estrenado la Santa Ymagen en su Novenario dos vestidos que la piedad de dos ilustres señoras se lo franquearon para su adorno, como assimismo dos joyas, una para los pies y otra para el pecho, y además de esto pulseras de diamantes para las manos, y se ha conocido prácticamente los beneficios de la Señora, pues por su medio han conseguido salud muchos enfermos, como lo testifican muchos milagros de plata y cera que han ofrecido los fieles favorecidos de la Santísima Virgen, todo sea para honrra y gloria de Dios y de la Santíssima Virgen nuestra Abogada. Amén"

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